Todavía recuerdo el día que mi novia me dijo; Cariño, estoy
aburrida en la cama. He pensado que voy a ir a una tienda erótica y vamos a
empezar a incluir juguetes eróticos en nuestra vida sexual. Yo me eché las
manos a la cabeza cuando escuché eso. Pensé que no sería buena idea pero que le
vamos a hacer, ella quiere juguetes pues juguetes tendremos.
Al día siguiente apareció por casa con un par de anillos
vibradores (si no sabes lo que son te invito a que leas el post donde hablo de; Que son los anillos vibradores), geles estimulantes y alguna que otra cosa más. Nos hicimos masajes
con el aceite, jugamos con unos dados eróticos, nos estimulamos con vibradores
y plumas...Jugamos sin parar hasta que llegó el momento de ponerme los anillos
vibradores. Me quería pegar un tiro. ¿Cómo podía parecerle sexy verme con una “florecilla”
en el pene? Me sentía tan ridículo con eso puesto. Además la tía no se le
ocurre otra cosa que comprarlos de colorines y con conejito rampante o no sé
que para estimularse el clítoris. Total, que yo era el que parecía un árbol de
navidad para que ella estimulara su clítoris tan divinamente.
De primeras me costó muchísimo, fue realmente embarazoso
para mí pero la veía a ella tan contenta que cualquiera decía que no a su
emoción. He de reconocer que una vez pasados los primeros minutos de sentirme ridículo
empecé a disfrutar de ello. Cuando ya me estaba acostumbrando a ello me quita
el anillo y me pone. -¡Otra vez a acostumbrarme a este cacharro!-.
Es raro porque lo que en realidad quería contarte es que
esos “malditos” anillos vibradores cambiaron nuestra vida sexual. A pesar de
sentirme ridículo y ser bastante reacio a los juguetes eróticos nos reímos muchísimo
y disfrutamos como hacía años que no lo hacíamos. Al final no estuvo tan mal la
idea. Desde entonces estamos la mar de contentos con nuestras relaciones
sexuales.
¿Cómo puede un aparato tan simple aportar tantos beneficios?
Sea cual sea el motivo te invito a que pruebes alguna vez un anillo vibrador,
sé que después de sentirte ridículo lo disfrutarás como un enano.